visitas a hijos o nietos la cosa se complica, porque creemos que debemos hacer un esfuerzo económico para «quedar bien» y les llevamos lo que a nosotros «nos gusta», pero el niño casi siempre prefiere que juguemos con él, que nos percatemos de que existe. ¿Por qué no regalamos lo que raramente se da? ¿Por qué no regalamos tiempo? Regalar un día… Un día a un enfermo, en que pueda contarnos sus dolencias, sus inquietudes, sin prisas. En los hogares de ancianos (donde terminan agonizando los ancianos),
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